-Siento
mucho lo de Scott.
-No pasa
nada, tú no tienes la culpa de que sea un imbécil –noto que su mandíbula se
tensa al recordarle, pero sonríe de todas formas- además, yo soy el que tiene
que pedirte perdón.
-¿Por qué?
-No debería
haber actuado así. Cuando nos encaramos y tú te metiste en medio, debería haber
parado de inmediato. Podría haberte hecho daño.
-No lo
hiciste.
-Ya sé que
no lo hice, pero tuve miedo –traga saliva- por ti.
-No tienes
que tenerlo, Justin.
-No quiero
que ese tipo se acerque a ti. No quiero que vuelva a hacerte daño nunca más. No
quiero que te mire, porque si me entero de que vuelve a ponerte una mano encima
yo mismo le arrancaré la cabeza.
-Solo vino
porque tú estabas conmigo –le aseguro- hace meses que no se acercaba a mí.
-No me
gusta.
-Lo sé
–pongo mi mano sobre la suya, que descansa apoyada en el césped y noto que está
tenso de nuevo.
-Si te
pasara algo… -ahora baja la mirada hacia mí, y yo la alzo para encontrarme con
sus ojos- no sé qué haría.
-Mientras tu
estés aquí no va a pasarme nada –sonrío.
-Porque no
voy a dejar que te pase –y sus labios vuelven a dejar ver dos filas de
perfectos dientes blancos que relucen al sol.
Y ya no hay
más palabras. Ninguno de los dos intenta llenar el vacío que ahora se ha
formado. Ninguno de los dos se molesta en intentar cambiar el mas mínimo
detalle de ese momento. Justin me mira intensamente mientras sonríe de la forma
más dulce que se pueda imaginar, y yo le miro mientras intento no perderme en
sus ojos. Pero no funciona.
Ambos
estamos sobre el césped, prácticamente estoy perdida en los brazos de Justin,
que me rodean. Su mano derecha reposa sobre la mía y ahora noto como Justin
comienza a acercarse despacio. Se lo que intenta, y yo también lo quiero, pero
no estoy segura de que todo esto esté bien.
-Justin…
-susurro casi en su boca. Estamos muy cerca, de nuevo.
Este no dice
nada, simplemente se limita a seguir avanzando hacia mí, estoy segura de que en
cualquier momento nuestros labios se rozarán, y yo estaré perdida.
-Justin, no…
-repito, pero casi no puedo hablar.
Veo como él
retrocede apenas unos centímetros y me observa.
-Haz lo que
tu corazón te pida –susurra- solo eso.
-Pero…
-No pienses –dice.
Y ahí decido
dejarme llevar. Llevo demasiado tiempo soñando con este momento. Demasiado
tiempo esperando que algo como esto me pasase, y ahora tengo miedo.
-Tranquila
–susurra, y esa es su última palabra antes de besarme.
Al principio
tengo miedo. Miedo de que algo pueda salir mal, miedo de que no le guste, de
que no sepa reaccionar a esto. Pero cuando sus labios rozan los míos, como por
instinto… responden. Noto la respiración de Justin y sé que no puede aguantar
un minuto más. Ha alargado demasiado este momento intentando que sea perfecto,
y lo ha conseguido.
-Bésame –le
pido.
Y así lo
hace.
Ahora más
fuerte, más rápido. Ahora más ardiente.
Nuestros
labios se chocan y logran unirse de una vez por todas, pero ya no se vuelven a
separar. Puedo notar sus labios húmedos y cálidos sobre los míos. Me dejo
llevar y es como si esto hubiera pasado millones de veces. Y lo ha hecho… en
mis sueños.
Siento a
Justin ahora más cerca de mí, el miedo que antes sentía se convierte en deseo.
Deseo por él, por su boca. Noto su lengua abrirse paso hasta encontrar la mía y
ambas se acarician una y otra vez. A partir de ese momento el tiempo se para y
no sé donde estoy. Solo le siento a él.
Sé que
Justin desea lo mismo que yo, porque puedo notar el calor que desprende su cuerpo
y también oigo los latidos de su corazón a mil por hora. Su aliento se hace
cada vez más fuerte. Sus manos ahora agarran mis caderas llevándome sobre él.
Queda entonces él tendido sobre el césped, y yo sobre sus caderas. Me agarra
más fuerte, haciendo que nuestros cuerpos solo sean uno. Intensifica el
movimiento de nuestros labios a medida que pasa el tiempo y los dos sentimos
que el calor sube. Y es ahí, entonces, en ese momento… cuando lo noto. Algo
debajo de mi se vuelve duro justo en la entrepierna de Justin. Y sin poder
evitarlo se me escapa un gemido. Pienso que todo esto es una locura. Justin
está excitado. Yo lo estoy. Me aprieta aún más hacia él y sé que si no hago
algo acabaremos en la comisaría por escándalo público. Cualquiera diría que estamos
fuera de control. Y es que así es. Y Justin cada vez está más y más excitado, o
eso me dicen sus pantalones. Esto es una locura. Llevábamos demasiado tiempo
deseándolo. Y cuando estoy a punto de perder el control, como si Justin lo
notase, como si supiera que si no nos separamos acabaremos haciéndolo aquí
mismo, el beso acaba.
El no dice
nada. Yo tampoco. Le miro y él me mira también. El aliento sale entrecortado de
su boca y cierra los ojos un momento para volver a retomar el control de sus
actos, sin separarse ni un centímetro de mi. Yo sigo inmóvil.
-¿Estás
bien? –logro murmurar entre sus brazos.
Sus ojos se
abren y vuelvo a ver su sonrisa.
-Estoy bien.
Y puedo ver
en su cara que a pesar de que ambos hemos deseado más, estamos felices de haber
podido por fin tomar lo que estábamos buscando. Extiendo mis brazos sobre el
césped para levantarme pero Justin me lo impide. Al principio pienso que no
quiere dejarme, pero cuando sus ojos se desplazan hasta sus pantalones y sonríe
avergonzado, lo comprendo.
-Lo siento
–puedo ver el rubor en sus mejillas mientras me mira.
-¿Por qué?
–sonrió.
-Yo…
-No tenemos
tres años –le digo- tranquilo.
Me levanto
dejándole tirado ahí, y me sacudo el césped de mis shorts vaqueros recién
estrenados. Justin también se levanta pasados unos minutos, y vuelve a mirarme
sin saber muy bien qué hacer. Ese típico momento incómodo que te invade cuando
acabas de besar a la persona que tanto tiempo habías buscado. Cuando todo está
dicho y las palabras no bastan para expresar lo que sientes. Se hace el
silencio. Un silencio que no queremos romper, y que tampoco sabemos cómo
hacerlo. Justin me mira y extiende sus brazos llamándome. Me abraza y sonrío de
nuevo.
-¿Tienes
hambre? –digo, volviendo a la realidad.
-La verdad
es que si –me suelta- ¿Qué quieres hacer?
Ambos
estamos aún nerviosos por lo que ha pasado, pero nos sentimos bien.
-Podríamos
ir a comer a algún sitio...
-¿Restaurante?
–se muerde el labio.
-¿Chino? –le
imito.
-Me encanta
el chino.
-Conozco un
restaurante que está a las afueras, pero tendremos que ir en coche.
-No hay
problema –coge mi mano y comienza a andar- vamos a por el mío.
Al entrar a
su coche, tras haber repetido el trayecto de esa misma mañana sin ningún
incidente, noto un olor a frutas frescas.
-Huele muy
bien –le digo, cerrando la puerta.
-Tú también
hueles muy bien –ríe.
-Me refería
al coche –bufo.
-Si, bueno
–arranca y se pone sus gafas de sol- ¿Dónde hay que ir?
-Pon música
–le pido.
-Está bien,
pero dime donde hay que ir.
-Primero pon
música –insisto.
El enciende
la radio y vuelve a mirarme.
-¿Y bien?
–pone sus manos sobre el volante.
-Quiero
escuchar mi canción.
-¿Tu
canción? –Hace una mueca- no sé de qué me hablas. Yo no he hecho ninguna
canción para ti.
-Si, ya
–río.
Justin mete
un disco, puedo leer “believe” en la carátula, y selecciona una canción antes
de darle al Play. ¿Quién lleva su propio disco en el coche? La canción empieza
a sonar y yo sonrío antes de susurrarle un “gracias”. Justin se inclina hacia mí
y me da un breve beso en la mejilla, antes de que yo le indique el camino hacia
el restaurante.
Bueno, déjenme contarles una
historia,
De una chica y un chico,
El se enamoró de su mejor amiga,
Cuando ella está cerca, el no siente otra cosa que felicidad,
Pero ella había sido dañada, y eso la hizo ciega,
Pero ella nunca hubiera podido creer que el amor tocaría a su puerta,
Pero ¿sabes que te amo? ¿o no eras consciente de ello?
Eres la sonrisa en mi rostro, y no me iré a ningún lado,
Estoy aquí para hacerte feliz, estoy aquí para verte sonreír,
He estado esperando mucho durante tiempo para poder decirte esto.
De una chica y un chico,
El se enamoró de su mejor amiga,
Cuando ella está cerca, el no siente otra cosa que felicidad,
Pero ella había sido dañada, y eso la hizo ciega,
Pero ella nunca hubiera podido creer que el amor tocaría a su puerta,
Pero ¿sabes que te amo? ¿o no eras consciente de ello?
Eres la sonrisa en mi rostro, y no me iré a ningún lado,
Estoy aquí para hacerte feliz, estoy aquí para verte sonreír,
He estado esperando mucho durante tiempo para poder decirte esto.
Mientras escucho la
canción que Justin escribió para mí, cierro los ojos e intento no ponerme a
llorar.
----------------------------------------------------------------
*OOOO*, me encanta, pero lo de la canción me ha rayado, que he descubierto tu blog, por twitter, y me he enganchado u.u, un beso:) (@paulagr18)
ResponderEliminarWaaaaooo! *.*
ResponderEliminarPerfectiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiisimo!! De verdad, me ha encantadoo este capítuloo! ^^
Sigue así, eres muy buenaa!
Besoos :)
Me encanta tu novela sige asi Siguienteeee!!!
ResponderEliminar*.* Dios em encanta tu novela la descubri por twitter me encanta creo que es el sueño de toda belieber am y me encanta la cancion del cap.7 :) (@merybelieveswag) sigueme porfavor me encanta siguientee!! xD
ResponderEliminarMe gusta muchisimo la historia, me has enganchado, necesito leer maaaaas! jaja eso si, podrias poner las letras del capitulo un pooco más grande si no es mucha molestia?
ResponderEliminarEspero impaciente el proximo capitulo
un beso